Diego Rojas recomienda Cu Canguro

Recomiendo: «CU CANGURO» Gabriela Keselman Il. Nora Hilb. Col. Buenas Noches. Grupo Editorial Norma Argentina
Después de un día de juegos, Cu Canguro, quiere meterse en la bolsa de su mamá. Pero la misma está:
“Alguien asomó la cabeza, era una cabeza parecida a la de Cu pero mas pequeña, una cabecita. Tenía ojos y nariz y pelo. Como los de Cu, pero más pequeños. Era un canguro como el pero más pequeño, un cangurito. ¡Un cangurito se había metido en la bolsa de su mamá!”
Cu, muestra los dientes, patalea, llora y decide ir a buscar una bolsa para él solo.
La bolsa del cartero le pareció incómoda llena de cartas. En la bolsa de los mandados se golpeaba con los choclos. Y no pudo meterse en la bolsa del koala llena de útiles escolares.
Sin saber que hacer se mira en un charco y ahí descubre que es un canguro grande y fuerte que ya puede saltar junto a su mamá.
Una dulce historia muy bien contada, por dos autoras con amplia trayectoria para dialogar con los más pequeños. Keselman con las palabras adecuadas habla sobre el crecer. Hilb aporta delicadas y cálidas ilustraciones, de esas para mirar una y otra vez.
Este seguro será un libro para guardar en tu bolsa de juguetes favoritos.
Para lectores de +4 años
Foto: Recomiendo: "CU CANGURO" Gabriela Keselman Il. Nora Hilb. Col. Buenas Noches. Grupo Editorial Norma Argentina
 Después de un día de juegos, Cu Canguro, quiere meterse en la bolsa de su mamá. Pero la misma está:
“Alguien asomó la cabeza, era una cabeza parecida a la de Cu pero mas pequeña, una cabecita. Tenía ojos y nariz y pelo. Como los de Cu, pero más pequeños. Era un canguro como el pero más pequeño, un cangurito. ¡Un cangurito se había metido en la bolsa de su mamá!”
Cu, muestra los dientes, patalea, llora y decide ir a buscar una bolsa para él solo. 
La bolsa del cartero le pareció incómoda llena de cartas. En la bolsa de los mandados se golpeaba con los choclos. Y no pudo meterse en la bolsa del koala llena de útiles escolares. 
Sin saber que hacer se mira en un charco y ahí descubre que es un canguro grande y fuerte que ya puede saltar junto a su mamá.
Una dulce historia muy bien contada, por dos autoras con amplia trayectoria para dialogar con los más pequeños. Keselman con las palabras adecuadas habla sobre el crecer. Hilb aporta delicadas y cálidas ilustraciones, de esas para mirar una y otra vez. 
Este seguro será un libro para guardar en tu bolsa de juguetes favoritos. 
Para lectores de +4 años

 

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